¿Cómo se relacionan los aceites esenciales con nuestro organismo a través de un masaje?
Con el sentido del olfato y a través de él con el cerebro
La
historia anatómica del sentido del olfato está muy ligado al cerebro. Las
estructuras asociadas a este sentido parten de la nariz, cuyos orificios
permiten que el aire ascienda. Cuando se inhala, las moléculas olorosas suben
por los conductos de los orificios hasta la parte posterior de la nariz. Allí
quedan atrapadas en grupos de células microscópicos llamados receptores
olfativos. Éstos provocan unos pequeños impulsos eléctricos en los bulbos
olfativos, que actúan como repetidores en una parte más profunda de la cabeza.
Los impulsos más fuertes transmiten el mensaje
del sentido del olfato por los
nervios olfativos , hasta el centro del cerebro. La totalidad de este proceso
no dura más de dos segundos.
Así vemos
que al utilizar aceites esenciales, entran en contacto con la nariz y el
cerebro aromas naturales muy concentrados. Cuando el aroma, tras recorrer el
camino por la nariz llega al cerebro, se experimentan de inmediato ciertas
reacciones. La más común es un suspiro profundo, pues las tensiones de la
jornada desaparecen. Los olores de la naturaleza se asocian a libertad, tiempo
sin preocupaciones, quizá lugares que se han visitado o recuerdos de la
infancia. Tales reacciones resaltan los efectos del masaje, cuyos objetivos son
la disminución de la tensión y los dolores corporales. Cuando la mente se
relaja, transmite un mensaje de calma al cuerpo.
Con la
piel y a través de ella con el sistema circulatorio y nuevamente con el cerebro
Al
realizar un masaje con aceites esenciales estamos propiciando dos efectos: el
bienhechor contacto que experimentan músculos y tejido blando y a la vez que
los aceites esenciales penetren a través de la superficie más amplia de la
piel.
La piel es
un órgano complejo que protege al cuerpo, regula la temperatura y permite que
se liberen las toxinas a través de las glándulas sudoríparas. Recorrida por
numerosos vasos sanguíneos diminutos –los capilares-, está cubierta de
terminaciones nerviosas que se encargan de transmitir las experiencias del
tacto al cerebro.
Cuando se
aplica un tratamiento de aromaterapia sobre la piel, el aceite base vegetal se
queda en la epidermis, lo que ayuda a humedecer la superficie corporal. Esto es
posible porque las moléculas del aceite base son demasiado grandes para ser
absorbidas.
Los
aceites esenciales también producen efectos muy beneficiosos en la parte
exterior de la piel, pero al contener moléculas mucho más pequeñas, son
absorbidos por la epidermis, y a través de la capa dérmica llegan hasta los
finos capilares subcutáneos. Una vez allí, se desplazan por el sistema
circulatorio.
Con el
aparato respiratorio
Un tratamiento de masaje con aromaterapia aplicado a todo el cuerpo
suele durar aproximadamente una hora, de manera que el receptor pasa bastante
tiempo inhalando la fragancia de la mezcla utilizada. Además de los efectos
sicológicos que esto conlleva -como hemos podido ver en el primer punto de este
apartado- las moléculas de aceite esencial pueden viajar a través del sistema
respiratorio y provocar una respiración más profunda gracias a la dilatación o
abertura de las vías respiratorias, y así los pulmones alcanzan una capacidad
mayor de la normal. La respiración es vital y cuando se hace más profunda las
consecuencias son muy positivas: aumenta la relajación, las células reciben más
oxígeno y se potencia la vitalidad y el bienestar